Tras el fallecimiento de una persona, uno de los primeros pasos es iniciar el proceso de tramitación testamentaria, que consiste en dar cumplimiento a las disposiciones del testamento y repartir los bienes entre los herederos. El proceso comienza con la localización y validación del testamento, si existe, y su presentación ante el notario o tribunal correspondiente.
Si el testamento es válido, se designa a un albacea, quien será el encargado de ejecutar las instrucciones del testamento y distribuir los bienes. En ausencia de un testamento, la ley determina cómo se deben repartir los bienes entre los herederos según las normas de sucesión intestada.

Es fundamental tener en cuenta que este proceso puede llevar tiempo y requiere cumplir con ciertos requisitos legales, por lo que contar con el apoyo de un abogado especializado en herencias es clave para garantizar que todo se haga correctamente y evitar posibles conflictos entre los herederos.